Eurídice vuelve del infierno. Por Ximena Velosa.
Created: | Updated:13.06.2025
Nadie pareció sorprenderse de que se llamara Eurídice cuando la empujaron a la palestra, como si su nombre no cargara su propio presagio. Vino de lejos, dejó a las hijas y a la vieja, no sin antes advertirles:
No se van a poner a mirar esta mierda por televisión porque me van a comer viva. Si la cago, El Matarife nos manda a pelar a todas. Yo regreso hoy mismo.
Quería protegerlas de la vergüenza, de sus urgencias, de la cara oculta de ese impulso tan suyo de sacar siempre la mejor ventaja a cualquier precio con tal de sobrevivir a Orfeo. Habían quedado atados para siempre. Creyó que podría tramitar la diligencia el mismo día y regresar en la noche al pueblo, pero la ciudad es el averno. El camino es largo y el regreso es incierto.
***
Eurídice y Orfeo se conocieron jovencitos. Él era un encantador de serpientes, convencía al que fuera de lo que fuera, no le ponía misterio a nada; y eso fue lo que le pasó a Eurídice, que se puso a escuchar todas las melodías a Orfeo. Ese man la llenó de promesas, le bajó el cielo, ¿me entiende? La convenció de que con él todo se podía hacer y la verdad es que cuando se conocieron Eurídice ya estaba cansada, esa vida agota mucho, andar uno todo el tiempo escondido y haciendo vainas malas.
Él tenía buenos detalles con ella. Ese tipo la amaba. Todavía. ¿No ve que hasta en declaración contra “El Viejo” la defiende? Ese se hace matar por ella. Y ella… mire lo que está haciendo.
Le sigo contando. Ella se metió a las autodefensas a finales de los 90, después de que ya había sido guerrillera, pero la iban a fusilar por desertora y le tocó venderse a la policía. Es que era una niña cuando la reclutaron. Vivir en este país es muy hijueputa, ¡era una niña de quince años!
Pues mire que esos tipos de la policía la pusieron a voltear de informante y terminaron metiéndola en vainas con los militares, hasta que la hicieron paraca también a ella. Ahí fue cuando empezó a usar el alias “Diana”. Pues obvio, ¿no ve que cualquiera se llama “Diana”? En cambio ¿quién se llama Eurídice? ¡Nadie, solo ella!
Cuando se conocieron con Orfeo ella hacía las hojas de ingreso de los reclutas nuevos en el frente. Hacía las hojas de vida e identificaba relaciones familiares. Les hacía inteligencia. Luego pasaban los reclutas al adoctrinamiento ideológico, que también lo hacía ella. Esa vieja es como “cabezona”, yo no sé cómo hace para guardar tanta información. A su Orfeo lo reclutaron por allá en el Pacífico, pero se lo llevaron hasta Caldas porque allá llegaron unos fusiles nuevos para abrir el frente y tocaba ponerle gente a esos fusiles. Pues “Diana” -yo le voy a seguir diciendo “Diana” porque así la conoce usted, ¿cierto?- fue quien le hizo la hoja de registro al Orfeo.
Es que es lo que le digo, esa mujer es de plomo. A ella no le gustó nunca involucrar la vida personal con el trabajo. Eso en la clandestinidad no se hace y ella ya tenía mucha experiencia en eso, primero como guerrillera y después como informante. Estaba entrenada.
Pero también pasó que para esa época ya esa gente tenía mucho poder allá, es que era un descaro, todo lo hacían de frente, es que eran dueños del pueblo. Yo no sé qué le pasó a “Diana”, el caso es que ella hizo una excepción con Orfeo. Bajó la guardia.
Poco a poco ese par terminaron siendo una sola persona. “Diana” le dijo que usara un alias, porque con ese nombre lo encontraban donde estuviera. Él ya tenía un alias, pero “Diana” se lo cambió. ¿Usted se imagina una cosa de esas? ¡Le cambió el alias! Y así que esos dos ya no eran Eurídice y Orfeo, sino “Diana” y “Vladimir”, por el momento. Yo no sé “Diana” de dónde sacó semejante nombre tan mamerto, pero él se dejó y así se quedó. Eso es lo mismo que Fulano y Sutano, ja ja ja. Porque con esos nombres que tenían, era como para hacerse matar rápido. Yo para contarle voy a seguir diciendo Diana y Vladimir, porque esos nombres de esos dos no los entiende nadie y además es que ellos son Diana y Vladimir, así los conoce el país completo y así los conocí yo, fue después que me enteré de sus nombres.
Ella decía que “Vladimir tiene mucha potencia en sus palabras”. Pero es que él sí era capaz de convencerla de cualquier cosa, incluso hasta de traerla del infierno si algo le pasaba. Lo que le digo, ese hombre se hace matar por ella. Vladimir se distraía mucho en la rumba. Se la pasaba en fiestas y echando cuentos y haciendo coplas y tomando aguardiente y las damas… Que, no es que fueran damas, pero usted me entiende. Las damas lo buscaban y aprovechaban que Diana estaba haciendo el curso de comandante y eso era lejos y largo. Ella estuvo casi un año por fuera. Pero es lo que le digo, eso era Orfeo detrás de Eurídice, ese tipo no le ponía atención a nadie más y esas mujeres se ponían furiosas y armaban escándalo y Vladimir terminó metiéndose en problemas de indisciplina. Usted sabe que eso es peligroso con esa gente, uno no se puede poner a dar boleta.
Pues Diana fue la única que le puso freno a esa vaina cuando volvió. La pusieron de comandante y ahí todo funcionó como un reloj. Llegó muy cambiada, con mucho poder y mucha convicción, pero con la mirada muerta. Yo no sé qué fue lo que aprendió allá, pero llegó con el fusil terciado y comandando contraguerrilla, en cambio a Vladimir ya lo habían degradado a zona urbana, lo pusieron de sicario común. Yo no entiendo cómo es que funcionan los rangos allá, pero el caso es que eso era una degradación y Diana no se iba a aguantar eso y se lo hizo traer de nuevo. Ahí comenzaron las peleas entre ellos, ahora sí parecían un matrimonio cualquiera. Pero la cosa les funcionó bien así como ocho o nueve años.
Al final Diana fue la que terminó cuidando a Vladimir, porque ella fue la que se aguantó el curso de comandante, esa mierda es durísima, usted no se imagina todo lo que le ponen a hacer a esa gente, los matan por dentro. No ve que esa gente hace acuerdos con toda clase de bandidos. Ella trabajó con El Israelí, ese tipo era del Mossad. Por aquí estuvo también entrenando a los muchachos de los ganaderos, lo que pasa es que eso no lo cuentan mucho porque usted sabe que son los duros en este país. En fin, la cosa es que esa pobre Diana llegó acá como un Terminator. Quién se repone de eso, nadie. Y Vladimir, pues, se aguantó, él supo vivir con eso.
Perdóneme yo me tomo este cafecito que ya tengo la garganta seca y ya se me enfrió.
***
Un día se negoció la paz. La verdad es que la impusieron los del gobierno, o los mafiosos, que eran los mismos. Eso decían los que se atrevían. Es que “El Viejo” ya era presidente y ya tocaba porque esa gente ya se había regado por todo el país, se les estaba creciendo el enano y eso ya hasta la mafia italiana, que eran los que metían la coca en Europa, ya estaba muy adentro y era peligroso. Eso así tan fuera de control no sirve.
El problema es que Diana y Vladimir no pudieron desmovilizarse, es que se demoraron mucho, porque es que ellos ya eran… ¿cómo le explico? O sea, mire, es que los paracos y el ejército todos eran lo mismo, ¿sí me entiende? Entonces ellos, no se podía decir que fueran sediciosos, porque es que ellos no eran sediciosos, ellos no querían tumbar el Estado, ni tenían ninguna ideología. Eso que hacía Diana, eso es adoctrinamiento, ¿me entiende? Eso es coger a la gente y a los que se terciaban el fusil y meterles en la cabeza que eran los héroes de la patria porque le echaban bala a los guerrilleros, pero hasta eso era mierda, porque hasta se negociaban ellos mismos las armas. Por eso acá no se entiende bien cómo es que es el conflicto.
Cuando se inventaron esa paz con las autodefensas, La Corte tumbó la sedición, ¿cómo iban a decir que los paramilitares eran sediciosos? ¡Eso no se lo cree nadie! Y ya tenían como 140 combatientes listos para desmovilizarse y quedaron jodidos porque no pudieron; les tocó perderse y desaparecer porque les metieron orden de captura. Y mire, uno nunca deja de ser quien es, ¿sí me entiende? Obviamente Vladimir siguió traqueteando, porque es que eso era lo que a él le gustaba, esa mierda de andar pelando guerrilleros, eso era mucho voltaje para Vladimir.
Y Diana se quedó como comandante sin ejército, porque toda esa estructura se desorganizó, los Castaño se mataron entre ellos y a Mancuso lo mandaron para Estados Unidos. Vladimir se puso a decir que Mancuso era el sapo mayor, pero qué va, si Mancuso vino a sapiar fue hasta ahorita que volvió de Estados Unidos. Imagínese usted, como 18 años después. No ve que a ese man lo extraditaron para que no hablara. Con lo que no contaba El Matarife, usted sabe de quién le hablo, de “El Viejo”, era con que Mancuso iba a aguantar todos esos años y que iba a llegar con ganas de cantar. Ahora están todos cagados. Yo no sé cómo al viejo no le ha dado un infarto. ¡Ese hijueputa debe ser hijo del diablo! Qué pena, continúo.
Vladimir se puso a decir todas esas vainas y ya lo querían pelar. Además, lo que le digo, ese man era un desorden, era impredecible y en cualquier momento le da por meter en problemas a alguien. Pues el caso es que Vladimir no aguantó sin Diana y lo cogieron preso. Ella en parte sí lo dejó solo, pero es que Diana ya tenía dos niñas, ella tenía que esconderse muy bien y ella sabía que no podía ponerse a dar boleta como el otro. Aunque Diana fue a visitarlo varias veces a la cárcel, a ver qué se inventaban para salir de tanto problema.
En la cárcel Vladimir volvió a ser Orfeo. Ja ja ja, ese nombre da más boleta que él. Usted no me va a creer lo que le voy a contar. El Orfeo, porque lo que le digo, ya no era Vladimir porque estaba preso, cogió a un tipo que iba a la cárcel a visitar unos presos que también habían sido paracos. Eso fue en Cómbita, que es más caliente. Pues el tipo que iba era un abogado de esos que hacen los torcidos de los duros, ¿sí me entiende? Era tan descarado que decía que era abogángster. Estaba cuadrando un juicio, comprando testigos y cosas de esas. Pues Orfeo cogió al abogado ese y le metió un poco de cuentos diciéndole que él había sido del Bloque (que ni siquiera era un bloque pero es que él echaba mucha prosa) y que le ayudaba a cuadrar el juicio, pero que tenía que ayudarlo con un caso porque había una comandante que había asesinado a una gente por allá en una panadería y que ella tenía información que le servía al abogado para el juicio ese que estaba acomodando.
Cuando supe que Diana estaba presa no podía creerlo. ¡Diana era intocable! En la cárcel ella volvió a ser Eurídice, cuando a uno lo meten preso ya uno para qué el alias. Ella se hizo sacar rápido, por buena conducta, además es que ella no había matado a esa gente, eso fue alias Vladimir el que mató a esa gente en esa panadería, pero echó el cuento de que había sido Eurídice para que la metieran presa. Eso no lo entendió nadie.
Esa mujer ya había ido y venido del infierno tantas veces que ya parecía un zombi. Pero al final Vladimir lo hizo para protegerla porque la iban a matar también. Yo no entiendo ellos dos cómo es que se quieren, porque qué relación tan complicada. Ella nunca entendió por qué Orfeo la había jodido así. Con paz o sin paz ellos seguían en guerra, porque acá la guerra es perpetua. Las niñas quedaron con la abuela.
Ella se sintió traicionada. Como dos años después, el mismo abogángster ese a quien Orfeo había engañado para meter presa a Eurídice fue el mismo al que ella llamó para joder a Orfeo. Ella dijo que iba a terminar con toda esa mierda para siempre, que lo iba a perseguir hasta el último rincón del infierno y se lo iba a entregar a El Matarife en el matadero, “para joderlo bien jodido”. Diana no se anda con huevonadas, si lo dijo fue porque iba a cumplirlo. Y lo hizo, mire usted, ¿sí ve todo lo que está diciendo ahí por televisión? Oiga, ahí está puesto.
Aprovecho y pido otro café. ¿Usted quiere?
***
Esa fue la última vez que se volvieron a ver. Como testigos en ese juicio, acorralados por la fiscal frente a las cámaras. Eurídice desolló a Orfeo, acabó con todo para siempre. Mejor habría sido matarlo. El abogángster la convirtió en objetivo militar, al servicio de El Matarife otra vez. A Vladimir lo van a matar, póngale cuidado, desde que declaró hace dos meses lo tienen en el calabozo. Ella acaba de declarar y no demoran en abrirle proceso otra vez por falso testimonio; porque ella ha declarado en los otros juicios de “El Viejo”, pero dijo otras cosas.
Ahora lo que la tiene contra las cuerdas es que ya mostró la cara en las cámaras, ¿me entiende? Cuando salga del búnker, la verdad, no creo que alcance a llegar a la casa, y sus peladas, porque ya están más grandes, van a quedar con la abuela otra vez. Yo le dije, la guerra no termina.
Bueno, Doña, me tengo que ir. Gracias por el café.